La justicia condena a Fundar por PERSECUCION SINDICAL

Decían aquellos que protegen y defienden a Ester Fonfría que su gestión al frente de Fundar está avalada por sus logros. Pues bien, Fonfría ha logrado que Fundar sea condenada por ejercer prácticas anticonstitucionales contrarias a los derechos de sus propios trabajadores. En otras palabras, Fonfría ha conseguido que Fundar sea un referente en persecución sindical.

El Juzgado nº 12 de Valencia ha dado la razón a la trabajadora que denunció a Fundar por vulnerar su derecho fundamental de libertad sindical. La sentencia del juez es implacable e insta a Fundar a que “abandone su actitud anticonstitucional" porque entiende que "la única causa de despido es el hecho de haber apoyado el intento de los empleados de tener un delegado de personal, lo que claramente comporta una vulneración de los derechos fundamentales de libertad sindical e indemnidad de los artículos 28 y 24 de la Constitución".

Sólo se requería tiempo, paciencia y mucho valor para desenmascarar a Fonfría. Y al final se ha conseguido. Esta vez su cara de "nunca haber roto un plato" no le ha servido de nada. Seguramente habrá quien aún dude de sus malas artes, pero es comprensible. Sólo quienes han estado a las órdenes de Fonfría saben cómo se las gasta en realidad.

El ejemplo de esta trabajadora es el reflejo de lo que tantos empleados suyos han tenido que sufrir y padecer en el día a día. Casi medio centenar de buenos profesionales, muchos de ellos absolutamente concienciados con su labor en favor de la solidaridad y el voluntariado, han tenido que dejar su puesto de trabajo, unas veces por imposición y otras por voluntad propia, pero casi siempre como consecuencia de un clima irrespirable en el que, o eres un sumiso de Fonfría, o eres su enemigo.

Esta sentencia del tribunal no sólo obliga a Fundar a readmitir a la trabajadora, sino que también ha salvaguardado su imagen. De otra manera habría quedado denigrada, cómo así ha ocurrido injustamente con otros muchos ex trabajadores que no pudieron o no supieron defenderse de las falsas acusaciones vertidas contra ellos.

Sin ir más lejos, los otros cinco empleados que participaron en las elecciones sindicales previas a los despidos han sido acusados por Fonfría de incompetentes durante la última reunión del patronato (diciembre de 2007). El problema es que, según el momento y el lugar, las razones para justificar tales despidos han sido otras muy distintas: puestos obsoletos y reestructuración organizativa ante los medios de comunicación, o integrar un grupo de hostigamiento contra la gerente, según dijo su abogada durante el juicio. Lo paradójico del asunto es que en la carta de los despidos no se expuso ni un solo razonamiento.

Así lo señala el juez, que ha echado al traste todas estas falsedades explicando que la trabajadora demandante “nunca había sido sancionada”, era una "buena profesional", "tenía encomendados proyectos importantes" y "no existía prueba alguna de que su actitud laboral fuera motivo de despido".

Con todo, queda muy claro que la ley está por encima de cualquier persona, incluso de la “princesa” de Fundar (como ella misma se ha definido en alguna ocasión). Fonfría creía que podía tomarse la justicia por su mano, pero al final la justicia la ha sentenciado. Lo lamentable de todo este asunto es que la gran perjudicada ha sido Fundar, no Fonfría, y por eso ha llegado la hora de que abandone la entidad. La pelota está en el tejado de Bancaja y el Consell, promotores de Fundar. Si de verdad apuestan por ella, no cabe otra salida que el cese de Fonfría.